A brillar mi amor, un cumple de rock para chicos de 10 y más


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Introducción de asociación espontánea de ideas que deriva un poco pero llega a buen puerto. Se puede saltear sin perderse grandes conceptos.

Hoy, 2 de julio de 2010 pasaron cosas importantes. Los brasileros están tristes, los uruguayos felices, los argentinos hechos un manojo de nervios. Pero aunque les parezca mentira, hay vida más allá del mundial de fútbol. A mí misma me cuesta creerlo pero me lo repito para no olvidarlo. Hoy, por ejemplo, llevando a mi hijo mayor a arte, tomé una calle poco transitada y me encontré de frente con un precioso partido callejero y la parte delantera de mi auto (creo que se llama guardabarros) se convirtió en un arco espontáneo… ahora que escribo esto creo que no hace falta que le muestre este post a mi marido. Como les decía, yo creo en el más allá… del mundial de fútbol. Será porque vivo en el lejano oeste, será porque es viernes y el fin de semana promete emociones futuristas, o porque llegó la hora de cantar: «a brillar mi amor». Queridas madres lectoras de Pedí3Deseos, a esta altura se preguntarán a dónde voy con esto y sobre todo, dónde están las geniales ideas para salvar un cumple de hijos maravillosamente púberes, frescos, espontáneos, tal vez un piquitín insolentes, que por momentos sienten que se llevan el mundo puesto y al siguiente se acurrucan bajo nuestra ala buscando caricias o consuelo. Sí, madres y padres, si tienen un hijo o una hija que cumple 10, denle la bienvenida definitiva a la adolescencia en casa. Pero no vayan a creer que esto es negativo. No señor, no señora, ¡todo lo contrario! Solo se trata de saber verle el lado bueno a la bestia pop (perdón, se me escapó eso último). Quiero decir, saber hacer brillar el amor. Y esto, de todo lo que escribí hasta ahora, lo digo realmente en serio. Gracias a una mamá que nos consultó para hacer un cumple de 10 años con un hijo interesado desde siempre en la música y muy especialmente en los Redonditos de Ricota (de ahí la broma de la bestia pop) en Pedí3Deseos gestamos una propuesta de cumple temático que creemos te puede entusiasmar. Vamos a ella.

A brillar mi amor, la parte seriamente divertida de esta propuesta de cumpleaños temático.

Te cuento que en los chicos de 10 años la música comienza a cobrar un protagonismo que en la mayoría de los casos antes no existía. Tal vez tu hijo ya “trae” este interés especial desde muy pequeño y le ponía CD´s de los Redonditos de Ricota (u otra banda de rock muy famosa en tu país) a sus amiguitos de 4 años. ¡Ahora por fin llegó el momento de que les ponga esta música y encuentre en sus amigos caras de entusiasmo y no de “¡¿qué estás haciendo en vez de jugar conmigo a los autitos?!”. ¡Sí! Ahora el interés por la música es un código común a todos y él podrá disfrutar de sus dos pasiones juntas: los amigos y la música. Te propongo entonces que organices un cumple al estilo de la serie de la tele “Estoy en la Banda”.

Estoy en la banda, serie de Disney XD
Estoy en la Banda, serie de Disney XD

Cuando llegan los podés organizar en grupos para formar luego varias “bandas”. Hacelo colocando al azar en la remera una etiqueta con un instrumento de banda de rock (teclado, bajo, batería, guitarra eléctrica, micrófono, etc.). Para juntarse los grupos, cada uno deberá hacer la mímica de cómo se utiliza el instrumento que le tocó o imitar su sonido. Una vez que se encuentren, les contás que hoy formarán sus propias bandas de música y que lo primero será ponerle un nombre. Podés dejar que lo elijan en libertad o darles consignas como “el nombre tiene que estar formado por dos nombres de bandas conocidas”, “el nombre debe tener la primer letra del nombre de cada miembro de la banda”, “el nombre tiene que tener una palabra escondida como mate está en tomate”, «el nombre tiene que ser un refrán pero con final cambiado», etc. Luego deberán preparar un afiche con el logo de su banda quiénes son sus miembros y qué instrumentos tocan. Les das un tiempo para que se pongan de acuerdo, completen el afiche y se presenten al resto cantando una canción que inventen en el momento o que todos en el grupo conozcan. Aquí también podés darles libertad o dar consignas para hacerlo un poco más difícil, como por ejemplo que uno sea el cantante y los otros imiten el sonido de acompañamiento de batería, teclado y bajo, etc. Es importante que seas como un «termómetro» que mide el clima en cada grupo y sepas anticipar posibles emergentes para evitar un desastre meteorológico. Los chicos disfrutarán mucho de la actividad pero necesitan aún mucho de un adulto que los ayude a mediar y ponerse de acuerdo. Mientras están trabajando en la preparación de estos juegos alimentá la imaginación de los chicos dando datos y pistas que los entusiasmen, diciendo por ejemplo que pronto será el estreno de la banda, que vendrá la prensa, podés hacer que los entrevistás para la tele, etc., alentando a los que puedan sentir más timidez a que participen desde sus habilidades. No hace falta que todos canten, sino que pueden ser ingeniosos para inventar nombres originales para cada miembro o buenos para dibujar el nombre de la banda en el afiche o para inventar estribillos que rimen y sean pegadizos. También podés pasar temas musicales que hayan elegido de antemano tu hijo y vos para este momento. Contales que por cada desafío alcanzado ganan una estrella para la Banda. Si un grupo no lo está logrando, integrate a ellos y ayudalos para que todos superen cada desafío. Es muy importante que no se sientan expuestos ni dejados de lado. Tiene que ser simpre desde el juego y no desde la competencia. Todo puede culminar con la presentación de cada equipo mientras los otros invitados hacen de público como fans enloquecidos que aplauden, levantan los brazos y gritan ¡sos mi ídolo! Este cierre garantiza que haya un clima realmente festivo en el que se celebran los dones de todos y cada niño invitado se siente feliz de haber venido.

Cierre. La parte emotiva de esta propuesta.

Para despedirme, quisiera comentarte esto que realmente siento:

Siento que a nuestros jóvenes se los culpa socialmente por errores de los que son responsables los adultos.

Siento que ser madre o padre de un púber es decir a diario: ¿como puede este chico hacerme rabiar y reír tanto al mismo tiempo?

Siento que nuestos niños púberes no son la esperanza del futuro sino de un presente que se vuelve un auténtico regalo. En el «más allá» de los medios masivos, los jóvenes con su enorme energía sólo necesitan de adultos coherentes que los guíen para poder brillar e irradiar su amor a través de los dones con que han sido dotados. Si nos permitimos mirarlos, hablarles, educarlos y criarlos de esta manera, el más allá de sus vidas será una verdadera fiesta.

¡Vamos a brillar mi amor!

¿Querés Una idea gratis? ¡Escribí una buena pregunta! (No respondo preguntas repetidas o generales porque la gracia está en captar lo especial de cada niño y honrarlo en su fiesta). Soy particularmente sensible a los errores masivos de ortografía, escribí bonito, te respondo bonito :)